< Para
referirse a la educación (aprendizaje que recibe el hombre) hay que conocer al
ser humano; es decir, tener un adecuado conocimiento de este individuo que
va a ser educado y a la vez profundizar en su naturaleza para que de esta
manera sea más fácil explicar la actividad educativa.
La
educación tiene una base sociocultural y
por lo tanto biológica y genética, ya que la evolución humana que ha permitido
que lleguemos a este punto actual en el que está nuestra cultura se ha
realizado fundamentalmente por saltos cualitativos biológicos y genéticos (homo
reflexivo) que han originado sus consecuencias socioculturales.
El
hombre desde la perspectiva natural es un organismo psico-biológico, que se le
entiende a partir de la evolución, ya que el ser humano es producto de la
naturaleza. Ahora bien, ¿Qué se entiende por evolución? Según Fontdevila y
Moya, 2003, se refiere a una serie de modificaciones progresivas que tiene como
punto de partida los organismos más elementales estudiados desde el origen de
la vida.
Al
involucrar el término evolución, específicamente la evolución del hombre,
tenemos que implicar a la genética, ya que todo ser humano tiene genes, los
cuales trasmiten los caracteres de los padres a sus hijos en el momento de la
fecundación. Los genes llevan la información genética que se aloja en el
cerebro, encargado de explicar en gran parte la conducta del ser humano. Por
consiguiente, el cerebro es el elemento más importante del sistema nervioso
central y que nos ayuda a obtener una adecuada
comprensión del fenómeno humano (Fullat, 1997).
En
este mismo orden de ideas Edgar Morín refiere el trinomio
cerebro-mente-cultura. “donde la mente es el surgimiento del cerebro que
suscita la cultura, la cual no existiría sin el cerebro” (Morín, 2003).
Gastaldi
(1990) indica que esta explicación tiene como fundamento al materialismo
metafísico, según el cual la materia es la matriz última de toda la realidad y
en particular de toda expresión humana científica, artística, religiosa,
cultural, entre otras. Entonces, el hombre nos es más que la expresión más
elevada y más noble de la materia evolutiva.
Siguiendo
el proceso evolutivo se encuentran los procesos de maduración, que de acuerdo a
la reflexión, unos ponen mayor énfasis en lo heredado y otros en lo adquirido
(Fullat, 1997). Sin embargo, no se puede olvidar que algunos rasgos no alcanzan
a ser explicados desde la biología como lo señala Fullat: “Lo natural o mejor
dicho lo biológico deja de lado lo cultural, ya que nada de cuanto el hombre ha
aprendido... a lo largo de los siglos, se ha depositado en el organismo”.
El
ser humano por no estar determinado a ningún ambiente, se adapta y transforma
la naturaleza en algo útil para su vida a esto se llama cultura, donde el mundo
cultural es un mundo humano (Mosterin, 2005). Queda descartado entonces que la
codificación genética llega a programar todas las conductas, sino que
interviene la programación social a través de la cultura. Por ende, se plantea
la siguiente interrogante: ¿cuál es la relación más importante, la que tenemos
con el mundo o la que tenemos con los demás?.
Para
Munier lo que más contribuye a la realización del hombre es la comunidad, ya
que tenemos que afirmar que somos seres de interioridad, destinados a la
comunión interpersonal, donde la alteridad es una parte constitutiva del ser
humano y no se encuentra ni en la parte racional, ni en la naturaleza
biológica, sino en el hecho de ser interpelado como persona por otro ser humano
en la comunicación, en el amor, en el obrar y debe dar su respuesta siendo de
aceptación o de rechazo.
Sin embargo, en la
concepción biológica se desarrollan los procesos educativos, ya que la herencia
biológica no nos dicta todo lo que tenemos que hacer sino también la herencia
social. Un ejemplo de ello es un niño desde muy temprana edad incorpora en su
ser una manera de ver el mundo o cosmovisión de forma acrítica, que después se
convertirá en el cuadro de significados por el que interpretará la realidad
(García, 1996; Fullat, 1997).
En conclusión, la educación tiene
una base sociocultural y por lo tanto biológica y genética, ya que la evolución
humana que ha permitido que lleguemos a este punto actual en el que está
nuestra cultura, se ha realizado fundamentalmente por saltos cualitativos
biológicos y genéticos (homo reflexivo) que han originado sus consecuencias
socioculturales.
Cabe
destacar que, cada uno de los pensadores anteriormente señalados generó teorías del aprendizaje centradas en
el ser humano desde lo biológico considerando que su evolución pasa por una
serie de procesos y que tal como lo señala Fullat (1992) la visión del hombre
contemporáneo debe ser tridimensional por la confluencia del paleocortex o
cerebro primitivo que produce mecanismos de las conductas heredadas, mesocortex
el centro del aprendizaje, se encarga de dar respuesta ante los estímulos
afectivos, el neocortex es el responsable de la conducta emocional y guarda
relación con la memoria y los sistemas de aprendizaje. También lleva las
actividades intelectuales pero no controla los estímulos.
Ahora
bien basándose en el análisis de la educación como estructura endocrinología y neurología. Surge la
siguiente interrogante ¿Porqué es importante para la educación el estudio del
ser humano desde su estructura general?
Fullat
(1992) plantea “el éxito del pedagogo esta en conocer el buen funcionamiento de
los neurotransmisores”. Los neurotransmisores
son biomoléculas compuestas por carbono, hidrogeno, oxígeno y nitrógeno
de las células que transmiten información de una neurona a otra del sistema
nervioso con la finalidad de producir la sinapsis, cuyo fin es la transmisión
del impulso nervioso traducido en respuesta hacia un estímulo. En este sentido,
el comportamiento, respuestas, habilidades, y aprendizajes de los educandos
dependerán no solo de los aportes naturales de su proceso de evolución
traducido en los genes; sino, de los factores ambientales y entorno en el que
el ser humano se desenvuelve.
El
aporte de las teorías de aprendizaje tal como se planteo en algunas de ellas
dejan claro que es necesario crear estrategias para el aprendizaje donde el ser
humano en cada una de sus etapas ponga en práctica todo el desarrollo
biológico, emocional y funcional que involucra su organismo.
Es
importante que el docente conozca cada una de las etapas del desarrollo
evolutivo, anatómico, fisiológico y neurológico del educando de esta manera
entenderá que generando estímulos positivos sobre los órganos sensoriales del
alumno generará respuestas que pueden ser positivas y procesos de aprendizajes
significativos.
“La mente es un atributo del alma
que nos permite recibir las sensaciones externas y manifestar la realidad
interna”.
REFLEXIÓN:
¿LA EDUCACIÓN ATIENDE
AL CEREBRO? Sistema nervioso y el Proceso Educativo.
¿REALMENTE LA EDUCACIÓN QUE
RECIBIMOS ES LA MÁS APROPIADA SEGÚN NUESTRAS CARACTERÍSTICAS ANATOMO
FISIOLÓGICAS CEREBRALES? - Estamos Inmersos a una “evolución positiva”
*Dejo estás preguntas abiertas
para todo aquel que quiera participar
La Neurociencia y el Hecho
Educativo: Es importante resaltar que en las últimas décadas ha habido en el campo
educativo muchos esfuerzos por actualizar las estrategias y métodos de
enseñanza. En uno de estos esfuerzos, los educadores encontraron que los nuevos
descubrimientos de la neurociencia pueden ser útiles y aplicables a un mejor
aprendizaje. Con ese propósito, los hallazgos sobre el cerebro fueron
interpretados y adaptados para la aplicación en el aula de clases. Con esta
reunión de dos campos, que siempre se mantuvieron separados, muchos educadores
y científicos están satisfechos de la nueva metodología que se ha desarrollado.
Sin embargo, existen expertos que afirman que la implementación de los
recientes descubrimientos sobre el cerebro pueden ser perjudiciales para la
educación por tratarse de una prematura interpretación de los resultados.
Según
Ashish Ranpura (1999), de la Universidad de Yale, los estudios realizados en
neurociencia han ayudado a que se comprenda más sobre el funcionamiento del
cerebro en aspectos básicos como la vista y el lenguaje; pero sobre funciones
más complejas como la inteligencia o la creatividad, las investigaciones siguen
siendo insuficientes. Por el mismo motivo cree que los problemas de los
profesores no pueden solucionarse según los descubrimientos del cerebro. Sin embargo,
al contrario de este postulado, la nueva corriente educativa se ha esforzado
por que la educación sea basada en el cerebro.
En una
clase, de cualquier materia, el profesor está interviniendo en los cerebros de
sus estudiantes (15 o más a la vez). Tomando en cuenta la responsabilidad que
esto implica, el profesor debería estar al tanto del funcionamiento del cerebro
y enterarse de los nuevos descubrimientos e investigaciones que se realizasen.
En este sentido, la intervención de la neurociencia en la educación sería, no
solo coincidencia y esporádica, sino obligatoria y necesaria. Pero también hay
que tener en cuenta que el cerebro se maneja distinto en un laboratorio y en un
aula, y que cada persona procesa la información de distinta manera (esta última
afirmación es también, por ejemplo, un aporte de la investigación de
neurociencia a la educación). No es sensato aplicar sin restricciones la nueva
información, es mejor “tomarla con pinzas”.
La aplicación de la neurociencia
en el aula debería ser mucho más analizada y estudiada.
Los
descubrimientos sobre el cerebro en el ámbito científico se debe re-investigar
y considerar la mejor aplicación de la nueva información para la educación.
Comúnmente se dice que un mal profesor puede herir a 200 cerebros a la vez,
mientras que un mal cirujano hiere solo a uno. La neurociencia puede descubrir
y hacer avances en el campo científico, una mala aplicación de este
descubrimiento en la educación puede ser equivalente a millones de profesores
con innumerables alumnos alrededor del mundo. Hay que ser mucho más precavidos.
A pesar
de ello, no se puede decir que toda la aplicación de neurociencia es mala,
simplemente que hay que ser más cuidados. La neurociencia en la educación puede
ser de mucha ayuda para gente con problemas clínicamente definidos. Ranpura
(1999) apoya la idea de que se aplique en estas áreas referentes a problemas de
aprendizaje, pero enfatiza en que debe ser de manera individual y no a la
educación en general. Sin embargo, los educadores insisten y han tomado otro
aspecto de este hecho: “la neurociencia puede proveer estrategias útiles: en
vez de realizar un plan de unidad directamente de la investigación de
neurociencia, los profesores deberían ver a la ciencia del cerebro como el
punto de partida para pensar de una manera innovadora sobre el aula de clases”
(Ranpura, 1999).
Ranpura
no niega que la neurociencia pueda dar luces para resolver problemas
educativos, pero sí pone énfasis en que es necesario que existan métodos de
evaluación de la nueva investigación y su potencial relación con la educación.
Se espera que entre estas dos áreas de estudio siga existiendo “un diálogo
continuo que promueva el análisis crítico y la inspiración innovadora”
(Ranpura, 1999, p.5, traducido por la autora).
Con lo
anteriormente expuesto, se plantea un tema ético, que nos cuestiona si
verdaderamente estamos haciendo un bien al aplicar lo que conocemos del cerebro
(no sabemos si es poco o mucho) o realmente estamos causando un daño mayor. No
se puede decir que se debe obviar y quitar de la educación todas las teorías
basadas en el cerebro. Tampoco se puede afirmar que todo lo que se sepa sobre
el cerebro se lo deba aplicar indiscutiblemente. Se necesita evaluar y tener
una perspectiva realista de la aplicación con sus beneficios y desventajas de
las nuevas teorías. Lo que se debe evitar es la manipulación de la información
de neurociencia y su uso indebido en el aula de clases. Esta responsabilidad
recae en quienes promueven y comunican estas teorías innovadoras para la educación.
También es importante el punto de que cierta información de neurociencia puede
ser bien utilizada en su aplicación individual para resolver complicaciones
personales de cada estudiante, mientras que otra sea más conveniente aplicarla
como una estrategia general de clases.
Una reflexión de la física cuántica
en situaciones de aprendizaje: Al reflexionar sobre la
física cuántica en situación de aprendizajes, inicio con la importancia de la
física cuántica donde según A. Goswami (2006), ésta brinda una visión del mundo
y que muestra de una manera clara como la conciencia puede ser y es el
fundamento de nuestro ser, en otras palabras la física cuántica nos permite ver
directamente que el mundo puede tener sentido solo si establecemos su base en
la conciencia.
En la Física Cuántica, interpreta toda
materia es energía, que no se encuentra en estado fijo, sino dinámico y en
constante vibración. Beauport (1994) se apoya en esta concepción para
fundamentar sus postulados sobre el cerebro humano, relacionarla con los
diferentes procesos cerebrales que se dan en el individuo, planteando que toda
materia es energía; por lo tanto, nuestro cuerpo y cerebro son energía en
movimiento continuo. De esta manera, ya no pueden verse las características del
órgano cerebral como entidades fijas, sino como procesos energéticos.
De manera que, el cerebro cuántico es
dinámico y sus pensamientos se construyen y reconstruyen de manera sistémica,
dando origen a una realidad que subyace en el pensamiento individual, pues cada
colapsó implica la transformación y establecimiento de nuevas condiciones
iníciales de entendimiento de lo real. Situación que se refleja al ser
expresados a través de una lingüística corpórea que permite ser percibido por
los demás reconstruyendo de una manera dialéctica y sistémica la realidad. Por
tal razón, nuestro cerebro permite crear una realidad a partir de la percepción
de nuestros recuerdos, de los estímulos que influyen en nuestros deseos e
ilusiones, por lo tanto, es nuestro cerebro cuántico nos permite ver nuestra
realidad.
Al llevar estas ideas al campo de la
educación nos permite entender que la realidad cotidiana desde la
dimensión cuántica, no responde a cosas reales, sino más bien a miradas de
posibilidades de incontables realidades. Lo real puede ser controlado y
gobernado, lo posible debe ser deseado, inspirado, recreado e interpretado
según Maturana (2000) señala:
“Las
conductas humanas se constituyen desde los deseos, desde las aspiraciones,
desde las envidias, desde los enojos, desde el amor, es decir, desde las
emociones y no desde la razón, el potencial existencial está dentro de nosotros
mismos como lo están los flujos cíclicos de materia y energía generadores de la
miríada de posibilidades que como co-creadores debemos traer a la existencia”
En tal sentido, el ser humano y su proceso
educativo debe ser interpretado como un proceso dinámico, lleno de
incertidumbres pero abierto a lo cambios, lo que contempla reconstrucción
dinámica de los pensamientos y donde su cerebro cuántico del individuo crea su
realidad y la expresa a través del lenguaje.
La
Teoría Sistémica en situaciones personales, familiares y educativas. (Anexo Link): La teoría general de los sistemas afirma que las propiedades de los
sistemas no pueden ser descritas significativamente en términos de sus
elementos separados. La comprensión de los sistemas solamente se presenta
cuando se estudian los sistemas globalmente, involucrando todas las
interdependencias de sus subsistemas. La teoría general de los sistemas se
fundamenta en tres premisas básicas según Ludwig von Bertalanffy estos son:
a) Los sistemas existen dentro de sistemas.
Las moléculas existen dentro de células las células dentro de tejidos, los
tejidos dentro de los órganos, los órganos dentro de los organismos, los
organismos dentro de colonias, las colonias dentro de culturas nutrientes, las
culturas dentro de conjuntos mayores de culturas, y así sucesivamente.
b) Los sistemas son abiertos. Es una
consecuencia de la premisa anterior. Cada sistema que se examine, excepto el
menor o mayor, recibe y descarga algo en los otros sistemas, generalmente en
aquellos que le son contiguos. Los sistemas abiertos son caracterizados por un
proceso de intercambio infinito con su ambiente, que son los otros sistemas.
Cuando el intercambio cesa, el sistema se desintegra, esto es, pierde sus
fuentes de energía.
c) Las funciones de un sistema dependen de
su estructura. Para los sistemas biológicos y mecánicos esta afirmación es
intuitiva. Los tejidos musculares, por ejemplo, se contraen porque están
constituidos por una estructura celular que permite contracciones.
Estas premisas antes mencionadas son
observarles dentro los sistemas educativos pues el enfoque sistémico, aplicado
al campo educativo, contempla la conexión entre los individuos y el contexto
tanto el inmediato, familiar, educativo, entre iguales, como el más amplio y
genérico, social, político, religioso, cultural, etc., teniendo en cuenta sus
interacciones recíprocas en una constante retroalimentación de orden
comunicativa.
Esta visión sistémica, en contraposición a
la reduccionista, favorece una visión integradora de los fenómenos, capaz de
relacionar sinérgicamente las partes y de sustituir los conceptos que hablan de
"sumatividad" por aquellos que hablan de "totalidad". Esta
visión, permite ver cómo el individuo y los sistemas socioeducativos no como
elementos que se adapta a un ambiente dado sino que co-evoluciona de manera
adaptativa con el ambiente.
En base a la teoría de sistemas, se puede
definir a los centros como un sistema abierto, compuesto de elementos humanos
que se relacionan entre sí y que tienen características propias. Se subdivide
en subsistemas que, como el sistema, son identificables a través de sus
características propias tales como: límites, procesos, interfaz, sinergia y
estructura entre otros. En ese sentido, la interrelación sistémica entre sus
elementos, y especialmente en el educativo son determinantes para explicar
cualquier hecho concreto y su relación con el contexto.
Finalmente, dentro del ámbito educativo las
enormes perturbaciones de la sociedad como elementos sistémico y dinámico
fuerzan a una transformación hacia un sistema nuevo, más coherente. Un renovado amor por la naturaleza y por
cada persona, una comprensión de la unidad espiritual del universo parecen
emerger con esa nueva visión del mundo
CONSTELACIONES
FAMILIARES Y TEORÍA DE SISTEMAS EN LA EDUCACIÓN: Las Constelaciones
Familiares (CF), desarrolladas por el pedagogo alemán Bert Hellinger, son una
herramienta para comprender las dinámicas internas de las situaciones que
experimentamos las personas en nuestras relaciones con los demás. En muchas
ocasiones, las CF ayudan a desbloquear situaciones estancadas, donde el amor,
aun existiendo, no fluye; y donde la fuerza para actuar y resolver está tan
debilitada que de hecho, nada se resuelve.
Como
teoría, las CF se apoyan en la Teoría de Sistemas: La Teoría de Sistemas
(TS), como se describió anteriormente……gracias a Minuchin, Bertalanffy,
Boszormenyi-Nagy y otros, enseña que las personas estamos relacionadas unas con
otras en una red inconsciente de relaciones, y que si hay desorden en un
sistema, la salud, las relaciones y a la motivación para aprender de algunos de
sus integrantes se resiente.
Por
desorden en el sistema se entiende el hecho de que, por ejemplo, los padres actúen
como hijos y éstos como si fueran sus padres. O que no haya límites claros entre
los hijos y los padres como pareja. O que una madre/padre pretenda aliarse su
hijo o hija en contra del otro cónyuge. O que los adultos lancen a los niños
mensajes vinculantes y contradictorios, de tal manera que, hagan lo que hagan,
los niños serán rechazados o castigados. En el ámbito educativo hay desorden,
por ejemplo, si los maestros se alían con los alumnos en contra de sus padres o
si se sienten más importantes que éstos en la vida de sus hijos. También hay
desorden si la autoridad está al revés y quienes no tienen poder acaban
mandando porque quienes lo tienen se inhiben de usarlo.
En
resumen, como la escuela es un sistema dentro de un sistema mayor (la
sociedad), y en ella confluyen los propios sistemas familiares de profesores y
alumnos, la TS resulta útil para captar su complejidad y actuar en
concordancia. También las constelaciones familiares son útiles y están teniendo
una buena acogida en el contexto de la educación, ya que permiten a los agentes
educativos comprender situaciones y conductas que, de otro modo serían
incomprensibles e inabordables. Esta combinación de la Teoría de Sistemas y
Constelaciones Familiares ha dado lugar a la llamada Pedagogía Sistémica.
EL
MÉTODO DE LAS CONSTELACIONES FAMILIARES: El método de las
constelaciones familiares se ha desarrollado y extendido por el mundo en estos
últimos 20 años y sus beneficios pueden aplicarse, además de a la terapia, al
mundo de las organizaciones, al ámbito de la salud, al de la educación y al del
crecimiento humano en general.
En el
ámbito de la educación, se ha visto que cuando un maestro o maestra realiza una
constelación acerca de un alumno o alumna que presenta dificultades, su mirada
se hace más amplia, integra a su familia y, de alguna manera, encuentra la manera
de ayudar sin salirse de su papel de maestro ni quemarse en el intento. Esta mirada
“desde el corazón”, acaba beneficiando a su alumno aunque nada le mencione.
Como dice Hellinger,
es una ayuda “desde la actitud”.
¿QUE ENSEÑAN LAS
CONSTELACIONES FAMILIARES?
Hellinger
llegó a la conclusión de que hay una serie de principios sistémicos
que
influyen en la vida de las personas, tanto si se conocen como si no. Estos
principios o leyes, también llamadas órdenes
del amor, pues son la condición para que el amor y la vida fluyan, pueden
resumirse en tres: Pertenencia, Equilibrio y Orden.
1) Ley de la pertenencia:
si
se excluye, ignora u olvida injustamente a alguien que pertenece al sistema, se
produce desorden. Es decir, surgen problemas que no encuentran solución hasta
que se restituye lo excluido.
En
el ámbito de lo educativo esto quiere decir que nuestra fuerza educativa se relaciona
con nuestra predisposición a dar un lugar de honra y respeto a las personas que
forman parte del sistema educativo (con independencia de que nos gusten o no).
Dicho
de otra manera: nuestro cerebro inconsciente no tolera exclusiones. “A más
personas excluidas, menos fuerza para educar”.
Para
sentir la motivación y la fuerza necesaria para educar a un alumno o alumna,
las personas a las que hay que reconocer pertenencia y dar un lugar digno porque
forman parte del sistema educativo son:
- La
familia de ese alumno o alumna, tal como es, ya que de ella tomó la vida y hacia
ella siente lealtad incondicional. Si un niño o niña rechaza o excluye a
alguien de su familia, haya hecho lo que haya hecho este familiar, se debilita
y pierde energías para aprender e integrarse en la escuela.
- La
sociedad en general, tal como es, que crea los cauces para que las nuevas generaciones
sean escolarizadas.
- Las
personas que gestionan la educación a nivel político, tal como son.
- Las
personas que atienden la educación desde cargos públicos: por ejemplo, los
inspectores
e inspectoras de educación, tal como son.
- Las
personas que ostentan la dirección del centro educativo, así como el resto de
cargos de gestión, tal como son.
- Los
maestros y maestras más veteranos nosotros, que seguro hacían las cosas
“de otra
manera”, pero a la que también hay que asentir, pues siempre se construye a
partir de lo que otros hicieron antes.
- El resto
de colegas que también trabaja con aquellos a quienes consideramos “nuestros”
alumnos (¿Nuestros?).
- Otros
profesionales que miran al niño o niña desde posiciones diferentes de la educativa
(por ejemplo, orientadores y terapeutas).
2) La ley de las
compensaciones: si se produce desequilibrio entre
“dar” y “tomar”, surgen problemas hasta que el equilibrio se reestablece. Esta
ley determina que cuando alguien da más de lo necesario, estimula la
agresividad de quien recibe más de lo que necesita (aunque lo tome e incluso lo
reclame). También ocurre que quien da mas de lo que recibió “se quema”. Es como
si en el inconsciente tuviéramos un sensor que nos debilita cuando establecemos
relaciones de dependencia innecesaria o de sobreprotección.
El
modo de potenciar el equilibrio entre lo que recibimos y lo que damos es:
- Afrontar
nuestro trabajo como un servicio que ofrecemos a cambio de un beneficio
- Mostrar
hacia las imperfecciones de otros la misma tolerancia que debemos aprender a
mostrar hacia las nuestras. Aceptar que somos humanos e imperfectos
es la base
para corregir los errores con cariño.
- Tomar
con agradecimiento las oportunidades de desarrollo y calidad de vida que nuestra organización nos da al trabajar para ella,
valorar lo que hace bien y reconocer el esfuerzo de otros para mejorar las
cosas
- Al
cometer errores o contraer culpa, asumir la responsabilidad y hacer algo bueno
para corregir o reparar el daño
- Al
ayudar a otros, ayudarles a que se ayuden, hacerlo de modo que no nos “deban”
nada, renunciar a ayudas que superan nuestras posibilidades y, sobre todo dejar
de sentirnos imprescindibles en la vida de los demás.
3) La ley de la primacía (o ley
del orden): quien se pone por delante de un anterior,
se debilita y sale perdiendo. Quien pretende ocupar un lugar que no es el suyo,
se “quema”.
Los
sistemas humanos tienen un orden jerárquico que hace que unos individuos tengan
prioridad sobre otros en algunos aspectos. Este orden es arcaico y se remonta a
los tiempos en los que el individuo era menos importante que el colectivo o
tribu a la que pertenecía. Gracias a esta supeditación del individuo a la
colectividad, aumentaban las posibilidades de supervivencia de todos.
Aunque
hoy en día las cosas han cambiado mucho en relación con los tiempos primitivos,
nuestro inconsciente sigue siendo fiel a la ley de las primacías y castiga, sobre
todo, la arrogancia.
Arrogancia
quiere decir actuar sin tener en cuenta el orden de las jerarquías.
Por ejemplo, hay arrogancia cuando un hijo se
siente más grande e importante que sus padres, cando un maestro cree ser mejor
para educar a un niño que la familia a la que éste pertenece.
En
resumen: arrogancia es no reconocer cuándo alguien es
más importante que uno mismo.
La
arrogancia debilita a quien la tiene, pues es el propio inconsciente quien no la
tolera. Por otro lado, quien se cree superior sin serlo pierde la oportunidad
de ser bien mirado y cuidado por quienes tiene delante. Antes o después acaba
perdiendo en la lucha de poderes.
En
relación con los destinatarios del servicio que la escuela aporta a la
sociedad, a los ojos del maestro, primero van los padres y después los hijos.
Cuando un maestro se alía con un hijo en contra de sus padres provoca un serio
desorden que se traduce en: a) desimplicación del hijo con los estudios y b)
conflicto con la familia en la que sale perdiendo el maestro.
En
relación al alumno o alumna, el maestro debe saber que sus padres y su familia son
más importantes que su propia persona. Pero también es importante que, para
experimentar nuestra fuerza educativa como maestros(as), así como para ser
respetados en nuestra autoridad, nos conviene reconocer y respetar la autoridad
de quienes van por delante de nosotros en el sistema educativo, esto es:
- El
estamento político que en cada legislatura se ocupa de los temas educativos: es
importante mirarles con seriedad, reconocer cuándo lo hacen bien y depositar en
ellos nuestra esperanza de que respondan al encargo que les hace la sociedad en
cuanto a la instrucción y cuidado de las nuevas generaciones.
- Los
gestores del funcionamiento del centro: a los que hay que mostrar disposición a
tomarse en serio sus planes de mejora en cuanto a la calidad del servicio educativo
que el centro ofrece a la sociedad, y a los que hay que ver como personas que
ostentan jefaturas legítimas, es decir: que asumen la función de organizar y
coordinar nuestro trabajo de maestros y maestras.
- Los
colegas que, además de dar clase, asumen responsabilidades organizativas:
coordinadores
de ciclo, entre otros.
- Los
colegas que son, además profesores, tutores o tutoras de los alumnos a quienes
impartimos asignaturas específicas.
- La
veteranía: colegas que llevan más tiempo que nosotros en el mundo de la educación
y, solo por eso, han acumulado más experiencia y presencia.
Con
una actitud interna de respeto ante los que van delante y, sistémicamente hablando,
son más grandes que uno mismo (con independencia de la valía personal que se
tenga), así como siendo capaces de agradecer lo que nuestros propios maestros y
maestras nos enseñaron cuando íbamos a la escuela, desarrollamos una buena intuición
para colocarnos con responsabilidad y carisma ante quienes van detrás de nuestra
autoridad como maestros y maestras, esto es: el alumnado.
EN RESUMEN:
En relación con el orden de los sistemas:
- Quien no
está en su lugar en cuanto a la escuela como organización, se debilita como
maestro o maestra.
- Quien no
se inclina con respeto ante quien tiene más autoridad, tampoco desarrolla la
fuerza necesaria para que su autoridad legítima sea respetada.
- Quien no
pudo tomar lo que le ofrecieron sus maestros o no sabe agradecer lo que le
dieron, tampoco tiene mucho para dar como maestro. Dicho de otro modo, quien no
es buen aprendiz, tampoco avanza mucho como enseñante. Por mucho que se
esfuerce.
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